Así llega

Señora Ro

Aquí y ahora sale a fuera esta loca aventura a la que me ha traído un verano inmenso, con días, más días, goteando horas esperando llenarse.
Y así, conocedora de un tiempo que me pertenece, del que no me apropio, que está ahí siempre, aunque nublado por el trajín y escondido tras lo incesante; me he dejado salir a borbotones.

Y ha salido de todo, casi cualquier cosa, y mucha risa y más risa que bien merece ser compartida.
Así que me he animado a publicar, por compartir, y por fijar estos momentos presentes, intermitentes que de otra manera se escapan y quizás un día, echando la vista atrás, me sorprenda recorriendo aquello que soy.

Adoro este poema de Gioconda Belli, que encapsula tan bien las sensaciones de estos días y de tantos veranos igualmente amplios y es perfecto para un buen comienzo:
SIENTO QUE VOY ALEJÁNDOME
Siento que me voy alejando, que voy saliéndome poco a poco de esta realidad de las mañanas y las tardes y voy entrando a un mundo que estoy construyéndome con mis deseos y mis ansiedades y todas las cosas reprimidas que empiezan a querer salírseme y que me empujan, casi sin darme cuenta, en la incertidumbre, allí donde deberé quedarme sola, donde me da miedo ir porque sé que tendré que asumir toda la responsabilidad del haberme dado cuenta, del saber que no todo es aire y agua y pan y leche y que hay algo más que nos rodea, que está en la atmósfera, que nos persigue y espera para envolvernos en esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir y acercarla a los demás pero, al contrario, nos aleja, nos hace sentirnos irreales, diferentes, como que acabáramos de nacer a un mundo que no conocimos hasta entonces o como que hubiésemos llegado de la estrella más cercana o de la más lejana y estamos abiertos totalmente a las hojas, al ruido, sintiendo derramarse la vida, sintiendo que nos acercamos a esa, la verdadera realidad, aunque todos crean lo contrario y nosotros no podamos explicárselos.

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